Capítulo 1 - El Arte Ayer, Hoy, Tú y Yo
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En los últimos 10-15 años se ha vuelto muy sencillo publicar y difundir nuevas ideas, modelos de negocio y cualquier tipo de manifestación humana … Especialmente en las artes, hemos visto una explosión que ha puesto a prueba desde dotes actorales y musicales o de diseño hasta producción audiovisual, etc. Recibiendo retroalimentación instantánea, creando una industria tan grande del entretenimiento o mayor, a la tradicional.
Esto va desde YouTube y SoundCloud en los 2000’s hasta TikTok en el 2020.
Un minuto en lo tradicional.
Luego de la revolución industrial a comienzos de los 1900's, nuestra educación se basó en prepararnos para hacer labores en grandes grupos de personas, perteneciendo a un sistema económico que premia las horas de trabajo con sustento para vivir y gozar. Ese modelo, ya casi obsoleto en ciertas industrias, nos permitía a que si ibas a dedicarte a algo que no sea un trabajo seguro, te ibas a tener que fajar POR AÑOS, lo que nadie se faja, para ver un mínimo resultado… Dándole vida a los negocios alternativos (no, no los ilegales… sí, los emprendedores).
A su misma vez, cualquier consumo artístico era particularmente curado y filtrado por grandes compañías. Desde la música, donde cada canción que alguna vez sonó en la radio fue el resultado de alguien pagándole a la radio para que sonara, hasta el cine y sus mafias. Poder sacar contenido artístico que no sea masivo, era complicado… Entre ellos el teatro pobre, la bohemia, los trovadores, cine independiente etc… No lograron tomar fuerza sino hasta finales de siglo pasado…
Con la expansión que tuvo el contenido digital en los últimos años, la industria del entretenimiento se ha fusionado con la posibilidad de crear y distribuir cualquier tipo de contenido al instante.
Esto y la inmediatez de la retroalimentación, dieron nacimiento a un espécimen de rápido ‘engagement’ pero poca constancia, creando seres que con 1,500 likes en una publicación y unos cientos de comentarios ya es suficiente para sentirse ‘‘relevantes’’.
Luego, pasa el tiempo y estás en un estado de frustración porque las cosas ‘’no se dan’’
Pues aquí viene la bomba… Buena y mala…
Por un lado, ahora más que nunca tienes que trabajar a muerte por vivir de lo que te gusta, ya que la oferta es monstruosamente gigante…
Por otro lado, estamos en la mejor era para hacerlo.
Todos quieren ser invitados a eventos exclusivos, estar rodeados de ‘‘influencers’’ bonit@s, que te regalen cosas, tener muchos followers o likes o lo que sea y/o tener un canal de YouTube prominente, todos obviamente queremos dinero y éxito (cosa que su significado analizaremos mucho en este blog)
Gracioso es, que si no te sumerges y dedicas años en cultivar tus destrezas artísticas, forzarlo no traerá nada.
Primeramente, qué quieres lograr? Comprar una casa? Ser rico? Hacer 10mil dólares al mes? Tocar guitarra todo el día? Pintar todo el día? Cantar todo el día? Qué es lo que quieres hacer? No tiene que ser una sola cosa.
Ahora, como mero ejemplo: si quieres ser rico, debes buscar ser rico… trabajar lo que te tome trabajar hasta lograrlo, puede tomar unos 10 ó 20 ó 30 ó 2 años, pero si haces lo que tienes que hacer, al menos cerca de riquezas llegarás.
Si quieres tocar guitarra todo el día, no hay problema… Compras una guitarra barata o pides una prestada y la tocas todo el día. Eso sí, no te quejes si esa noche no te alcanza para salir con tus amigos por una cerveza, o peor aún, si no puedes pagar la renta. No sé si con estos ejemplos expliqué el valor de materializar un ‘‘sueño’’.
Quererlo no significa que lo mereces, ni que vaya a suceder.
Hoy en día en la artes, es muy similar a cualquier otra profesión/vocación:
Estudias, entrenas, ejecutas, te equivocas, mejoras, repites… con el afán de capitalizar tu ejecución.
Seas productor, escritor, maestro, pintor o intérprete, el fin de casi todo ser humano que quiera vivir de las artes, es capitalizar la ejecución.
Pregunto: Cómo se capitaliza la ejecución? De qué manera?
Una escuchada en Spotify te dará unos 0.0009 centavos (o algo así) y un restaurante tal vez te pague unos cuantos dólares (o un plato de comida). Un establecimiento, te dará el porcentaje de las entradas, marcas buscarán creativos, directores buscarán actores, productores encontrarán escritores, un cantante contratará a un productor o a un vocal coach, una empresa necesitará su próximo jingle, un escuela estará abriendo un nuevo departamento de artes aplicadas, una radio busca un locutor, una agencia de medios un diseñador o productor audiovisual… y la lista sigue… inicia la búsqueda de lo intangible, inicia la oferta de oportunidades.
Si tu meta es volverte súper famoso y no me puedes responder POR QUÉ, por favor no sigas leyendo, esto no es pa ti… Al menos no este blog.
La vida estará llena de oportunidades y no todas repetibles ni capitalizables. Sin duda en todas un aprendizaje.
Lo que voy a hacer a continuación es escribir experiencias de mis últimos 10-12 años de carrera profesional en la industria del entretenimiento , tratar de extrapolarlas a un aprendizaje y ver si de eso sacamos algo valioso.
Sino, pues nada. Bienvenid@s.